¿Cómo criar niños y niñas conforme a la Biblia?
Por: Rich Harding
Una de las palabras favoritas de Noah (mi hijo mayor) en la actualidad es “cañonazo“. Después de decirla, se lanza rápidamente hacia mí con sus rodillas al frente como una bola de cañón. Luego, procede a saltar sobre mí en un intento por aplastarme. Nathan, piensa que es muy chistoso y se une a la diversión de rodar encima mío. ¡Un frenesí por aplastarme que puede durar veinte minutos! Después de calmarnos, me quedo pensando: “Cómo es de diferente jugar con las niñas”.
Hace algunos años, cuando descubrimos que estábamos esperando una niña, me emocioné mucho, pero también me hizo pensar en cuál será la diferencia. Muchas personas me dijeron: “Prepárate para una sorpresa, ¡las niñas son muy diferentes a los niños!” A pesar de que las diferencias entre niños y niñas son tan evidentes para las personas, la agenda de los medios liberales ha iniciado una tendencia de generalizar el género en todo el mundo, intentando mezclar sin distinción a niños y niñas en un grosero malentendido del diseño original de Dios.
Incluso, cuando estaba escribiendo esto, me mostraron un video horrible de la BBC, en la que condujeron un “supuesto” experimento científico en bebés de 8 a 10 meses; vestían los niños como niñas y viceversa. Luego, se los daban a cuidadores que no sabían lo que había sucedido para ver cómo los trataban. Para mí, ese “experimento” no estaba fundado en la verdad y se enfocaba solamente en el tratamiento externo de los niños, basada en percepciones, con ningún estudio científico en los bebés mismos ni en cómo son en realidad. ¡El video terminó con un desagradable hashtag que no quiero escribir para no hacerle publicidad en internet! El Dr. James Dobson, cristiano, que ha estudiado y escrito exhaustivamente sobre este tema, presenta de manera continua evidencia científica clara que muestra la diferencia entre niños y niñas y sostiene que nunca debemos seguir el ejemplo de las feministas que buscan quitar la distinción (James Dobson, Cómo criar a los varones, capítulo 3).
La verdad es…
Que los niños y las niñas son muy diferentes y deben ser tratados de manera diferente, porque sus necesidades no son las mismas. Si intentamos mezclar estilos en la paternidad, terminaremos con niños que están muy confundidos y tienen vacíos emocionales en sus vidas. Pero, dejando de lado la ciencia, la clave para entenderlo todo empieza con la Biblia y lo que dice acerca de la creación de la humanidad:
“Y creó Dios al hombre [humanidad] a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó.” – Génesis 1:27
Las tres palabras usadas acá en hebreo son: “hombre” (Ha Adam: El hombre o humanidad), “varón” (zacar) y “hembra” (neqebah). Estas tres palabras dan una imagen muy diferenciada de la creación de Dios. Él creó a la humanidad (Ha Adam) a su imagen. Como un todo, somos como Dios en imagen y semejanza. Pero hay dos partes muy diferentes en este todo: varón (zacar) y hembra (neqebah). Estamos juntos, tanto varón como hembra, como la imagen y semejanza de Dios, pero somos partes diferentes. Una parte no es más importante que la otra, del mismo modo en que Dios es un todo y ninguna de sus partes es mejor que la otra, pero ¡SOMOS DIFERENTES! Uno no puede criar a un niño de la misma manera que a una niña.
Sé lo que están pensando:
“¡Pero a mi hija le encanta correr y saltar tanto como a los niños!”. Yo no me refiero a lo que los niños y niñas disfrutan hacer, sino a quiénes son en su interior y la manera en la que Dios los hizo. Esto es clave para entender sus necesidades específicas. Al satisfacer estas necesidades con amor, damos a nuestros hijos el mejor ambiente para su desarrollo.
Las niñas necesitan amor y afirmación por lo que son, incondicional, sin límites y sin preguntas. Necesitan saber que son aceptadas, que son hermosas y que nunca están solas. Ellas obtienen su identidad de las palabras que sembramos en ellas como padres. Los niños necesitan alguien que esté con ellos, que juegue con ellos y los haga sentir importantes. Llegarán una edad crítica para su desarrollo como niño (y luego hombre), entre los 4 y 6 años de edad. En esta etapa buscan constantemente esa afirmación: “Soy muy rápido, ¿cierto papá?”, “también soy fuerte, ¿verdad?” No tenemos que enseñarles a pensar así. Es un niño y así lo hizo Dios. Los niños buscan a alguien que les diga: “¡Eres un niño! Eres rápido y fuerte y todas las otras cosas que niño quiere ser y en las que les gusta medirse”.
Nadie puede reemplazar la influencia parental en esta etapa de la vida. Es tan importante que veamos a nuestros hijos por quiénes son y cómo los hizo Dios. Si es una niña, trátala como tal; Ahora, si es un niño, trátalo como un niño. Si no están seguros cómo, hay excelentes libros y recursos que los pueden ayudar. Comiencen con los libros “Cómo criar a los varones” y “Cómo criar a las niñas” del Dr. Dobson. Hay mucha ayuda y dirección para criar a los hijos que está basada en la Biblia y corresponde a la forma en la que Dios nos hizo.
Mi consejo es…
¡Que no intentes improvisar sobre la marcha, sino que en verdad estudies lo que la Palabra enseña y que te apoyes de guías útiles para tener un buen panorama de la paternidad! ¡Oh! ¡Y NUNCA creas ciegamente a lo que dicen los medios o el internet!