¡Qué importante es la luz!

Solo valoramos la luz cuando por algún motivo se va. Y si tienes hijos, sabes lo esencial que es: para cocinar, bañarlos, jugar con ellos o ayudarles con las tareas. La luz nos permite ver, movernos y cuidar. Sin ella, muchas cosas se detienen.

De la misma manera, en la vida espiritual de una familia, la luz representa la presencia de Dios.

Por eso, cuando la Biblia dice:

“La lámpara arderá continuamente delante del Señor”

(Éxodo 27:20-21),

no habla solo de un fuego físico, sino de una llama espiritual que nunca debe apagarse en nuestro hogar.

La lámpara encendida… empieza por ti

En tiempos bíblicos, la responsabilidad de que la lámpara permaneciera encendida recaía sobre el sacerdote.

Hoy, esa responsabilidad recae sobre los padres: papá, mamá —tú eres el sacerdote de tu casa.

Tu papel no es solo proveer alimento o abrigo, sino mantener encendida la luz de Jesús en tu hogar.

Esto significa orar, enseñar la Palabra, crear un ambiente donde la presencia de Dios sea parte de la rutina familiar.

Cada oración antes de dormir, cada historia bíblica contada con amor, cada canción de alabanza en la cocina, es una chispa que mantiene viva esa llama.

🕯️ Una actividad para hacer con tus hijos

Queremos dejarte una actividad sencilla y significativa que puedes hacer con materiales que seguramente ya tienes en casa.

El objetivo es enseñar a tus hijos que la luz de Jesús debe permanecer encendida en nuestro corazón y hogar.

✂️ Materiales:

• Cartón

• Hojas blancas

• Marcadores o colores

• Pegamento o cinta

• Tijeras (úsalas con cuidado y supervisión)

• Una velita de pila 💡 o la luz del celular
  
  

Instrucciones:

1. Toma una hoja tamaño carta y dóblala por la mitad (a lo largo).

2. Corta por la mitad y vuelve a doblar hasta obtener cuatro cuadrados.

3. Pega los extremos para formar una cajita.

4. Pega esa cajita sobre un cuadrado un poco más grande que sirva de base.

5. Coloca dentro la velita o la luz del celular.
   
   

Al terminar, cada miembro de la familia tendrá su propia “lámpara”.

Colóquenla en un lugar visible como recordatorio de que la luz de Jesús debe permanecer encendida en casa.

Establece tu “altar familiar”

Una hermosa idea es reunirse una vez a la semana como familia para “encender la lámpara” juntos.

Pueden orar, leer un versículo y agradecer a Dios por Su presencia.

Llamen a este momento “el altar familiar”.

Será un espacio sagrado donde tus hijos aprenderán que la fe no es una rutina, sino una relación viva con Jesús.

💬 “Antes que la lámpara de Dios se apagara, el Señor llamó a Samuel” (1 Samuel 3:3).

Así como Samuel escuchó la voz de Dios junto a una lámpara encendida, creemos que Dios también llamará a tus hijos mientras mantengan Su luz viva en casa.

Ora con tu familia

“Señor Jesús, gracias por ser la luz que ilumina nuestro hogar.

Hoy decidimos mantener encendida la lámpara de tu presencia en nuestra familia.

Enséñanos a orar juntos, a buscarte en todo momento y a reflejar tu amor en nuestra casa. Que esta luz nunca se apague. Amén.”